Objetos y técnicas de meditación
Existen numerosas técnicas de meditación, incluso diferentes descripciones.
En la wikipedia está descrita de la siguiente manera: La meditación (del latín meditatĭo, -ōnis) describe la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia conciencia, o el propio estado de concentración.
Como vemos, se trata de desarrollar un estado de atención plena, aunque para mí:
Hay numerosos estudios científicos que explican los beneficios que la práctica de la meditación tiene para el ser humano, pero: ¿cómo se abre ese espacio de silencio?
Existen numerosas técnicas de meditación basadas en diferentes objetos de atención; una posible clasificación sería:
1. Objetos externos
- La llama de una vela
- Un madala (como el de la imagen) o una figura geométrica
- Un mantram (frase sonora)
- La sonoridad del Ohm
- Una imagen de una divinidad
2. Pensamientos o ejercicios de imaginación
- Un árbol
- Una flor
- El vacío
- Un color
- Una pantalla blanca
- Un fondo negro
- El mar
- La bóveda celeste
- Una cualidad positiva
3. Auto observación
- La propia respiración (su sensación, el punto de encuntro entre inhalación y exalación…)
- Alguna zona concreta del cuerpo como la nariz o el entrecejo
- Sensaciones corporales (recorrido consciente del cuerpo, en las palmas de las manos, el movimiento del vientre…)
- Pensamientos
- Emociones
- El observador
- El espacio mental
Cualquier objeto de meditación conviene que tenga un carácter neutro, que no despierte pasiones, o emociones y la actitud en la observación ha de ser pasiva y receptiva.
No importa excesivamente el objeto o la técnica de meditación que utilicemos, las diferentes escuelas enseñan a hacerlo de distintas maneras, lo que sí importa es que cuando la atención se mantiene en algo fijo durante un tiempo, se produce un efecto estabilizador de la mente y una especie de fusión entre el objeto observado y el observador.
Como dice un Rinpoche, lama tibetano: “Todos nuestros problemas provienen de nuestro deseo de asir. En la meditación no hay nada que esperar, nada que realizar o conseguir; simplemente abandonarse.”
No se trata de hacer un esfuerzo, se trata de soltar. Repetimos la frase de Pablo D’Ors que citamos en el artículo sobre La biografía del silencio:
“No merece la pena esforzarse; más que ayudar a encontrar lo que se busca, el esfuerzo tiende a dificultarlo. No conviene resistirse, sino entregarse. No empeñarse, sino vivir en el abandono. Tanto el arte como la meditación nacen siempre de la entrega; nunca del esfuerzo. Y lo mismo sucede con el amor.”