«Biografía del silencio» de Pablo d’Ors, un libro muy recomendable
Una amiga mía, que sabe que medito, me recomendó el libro Biografía del Silencio, de Pablo d’Ors, un sacerdote, escritor y meditador; como él mismo dice en su libro: el orden de los factores no altera el producto y no sabe decir cuál de las tres es más esencial en él.
Ha sido una experiencia muy interesante, porque había algunos párrafos completos en los que tenía la sensación de haberlos escrito yo, hasta ese punto reflejaban lo que me sucede a mí como meditadora y, de alguna manera, he llegado a hacerlos míos.
Por ello, he querido citarlos aquí, para que leáis a Pablo d’Ors hablando de la meditación y, como sucede con la meditación en sí, me leáis también a mí, que en cierta forma, al hacer este extracto y esta «reinterpretación» del texto, me he fundido con él:
Me he permitido la libertad de cambiarlo de orden y agruparlo por temas, por si os interesa leer específicamente sobre alguno en concreto, (espero que me perdone d’Ors esta licencia).
El comienzo…
“Quedarse en silencio con uno mismo es mucho más difícil de lo que había pensado: resultaba casi insoportable estar conmigo mismo. La conciencia es un territorio poco frecuentado.”
Cómo vivimos…
“Llené la vida de experiencias (viajar, leer, enamorarse…) Estaba convencido que cuantas más experiencias tuviera y cuanto más intensas y fulgurantes fueran, más pronto y mejor llegaría a ser una persona en plenitud. Hoy sé que conviene dejar de tener experiencias y limitarse a vivir, dejar que la vida se exprese tal cual es. (…) Todas nuestras experiencias suelen competir con la vida y logran, casi siempre, desplazarla e incluso anularla.”
“El hombre empieza a vivir en la medida en que deja de soñar consigo mismo.»
“Para vivir en la realidad, debemos demoler los sueños que nos han encarcelado. Nuestros sueños no son por lo general verdaderamente nuestros: los tomamos prestados, los fabricamos con un material poco fiable.”
Opinamos y juzgamos…
«En cuanto comenzamos a juzgar los resultados, la magia de la vida se disipa.»
“Nos pasamos la vida manipulando cosas y personas para que nos complazcan. Lo que nos disgusta tiene su derecho a existir.”
“La vida se nos va en el esfuerzo por ajustarla a nuestras ideas y apetencias.”
“Reflexionamos para paralizarnos, para encontrar un motivo que justifique nuestra inacción. Pensamos mucho la vida, pero la vivimos poco.”
¿Qué puedo hacer para cambiar?
La meditación es atención…
“¡Párate! ¡Mira!, eso es lo que escucho en la meditación. Y si secundo estos imperativos y, efectivamente, me paro y miro, ¡ah!, entonces surge el milagro.”
“El silencio es solo el marco o el contexto que posibilita todo lo demás. ¿Y qué es todo lo demás? Lo sorprendente es que no es nada, nada en absoluto: la vida misma que transcurre, nada especial. Claro que digo “nada”, pero muy bien podría también decir “todo”.”
“La fuerza de un ideal puede ser grande, la de la realidad, cuando se está frente a ella, cuando se palpa, es misteriosamente mucho mayor.”
Y ayuda a soltar…
«Para escribir, como para vivir o para amar, no hay que apretar, sino soltar, no retener, sino desprenderse.»
“Cuanto más se medita, mayor es la capacidad de percepción y más fina la sensibilidad, eso puedo asegurarlo. Se deja de vivir embotado, que es como suelen transcurrir nuestros días. La mirada se limpia y se comienza a ver el verdadero color de las cosas.”
“Se aprende a no querer ir a ningún lugar distinto a aquel en que se está. (…) a no imponer a la realidad mis propias filias o fobias, a permitir que esa realidad se exprese y que pueda yo contemplarla sin las gafas de mis aversiones o afinidades, sin el prisma del “para mí”.”
“No merece la pena esforzarse; más que ayudar a encontrar lo que se busca, el esfuerzo tiende a dificultarlo. No conviene resistirse, sino entregarse. No empeñarse, sino vivir en el abandono. Tanto el arte como la meditación nacen siempre de la entrega; nunca del esfuerzo. Y lo mismo sucede con el amor.”
Como habréis podido ver en esta pequeña “cata” del libro de Pablo d’Ors, si te interesa la meditación, merece la pena leerlo.
A mí me provoca curiosidad la convivencia en un mismo ser del hábito de la meditación y la aceptación, por ejemplo, de los dogmas de fe.
Creo que la práctica de la meditación te aleja de todo culto, a cualquier cosa o idea, pero como también te acerca al Amor, un amor absoluto, tal vez convivan sin molestarse… y también es cierto que muchos meditadores (cristianos o no) creen en la trascendencia.
Pero dejémoslo aquí, porque como dice d’Ors: “cuanto más llenamos la cabeza de palabras, mayor es la necesidad que tenemos de vaciarla para volver a dejarla limpia.”
Natalia Gómez del Pozuelo – para Comfort Meditation